jueves, 12 de junio de 2014

Por qué Chile no siente cariño por el Norte


Autor: Antonio Sánchez

Hace dos semanas, en este mismo Diario, nuestro senador Alejandro Guillier se preguntaba por qué Chile no siente cariño por el norte. Primero, hace bien en aclarar que el norte, nosotros, al parecer no es sentido como parte de Chile, dice: 'Chile no quiere al norte' y nos aclara nuevamente que la frontera norte de Chile está en La Serena.

La razón de este descariño por el norte no debo tratar de descubrirla porque, he tenido la oportunidad de escucharla directamente de boca de por lo menos dos exministros, un exsubsecretario, un exvicepresidente ejecutivo de Corfo y altos funcionarios públicos, en distintas ocasiones y en ejercicio de sus cargos. La mentalidad agrícola que predomina en Chile los hace pensar que es un despropósito invertir en regiones donde los recursos que se explotan son no renovables, como la minería. Me argumentaban que en el norte lo único que debe hacerse es extraer rápidamente las riquezas e invertir en las regiones agrícolas, donde sí hay renovación de recursos. Un importante exsenador fue incluso más allá, me dijo que éste es un territorio ganado en guerra, factible de ser perdido de igual manera y por tanto había que extraer luego los recursos para invertirlos en el sur.

Manifestaban que los nortinos, cuando se acaben los recursos naturales, deberían migrar al sur, como hace décadas desde el sur vinieron al norte a trabajar cuando surgió la minería. Creen que la facilidad que entrega la minería, del trabajo por turnos que permite que los trabajadores laboren en nuestra región y vivan en Chile es lo óptimo, porque evita el tener que dotar a las regiones del norte con mayor infraestructura, como hospitales, carreteras, colegios u otros.
Tienen internalizada la idea que las ciudades del sur deben su razón de ser a un recurso no renovable, por tanto, consideran lógico que si el recurso se extingue, la ciudad no tiene razón que perdure, es decir, consideran que nuestras ciudades son campamentos de trabajos.

Esto no lo dice un ciudadano de a pie, como diría alguien, sino lo afirman autoridades en el ejercicio de sus cargos y con poder de decisión sobre inversiones públicas en el país, por tanto, es evidente que preferirán invertir en 'Chile' y no en el Norte. Sería tiempo de pensar que si Chile no nos quiere, podríamos buscar en el vecindario inmediato, alguien que sí nos quiera o, si no, definitivamente seguir el camino en solitario.





Fuente: http://www.mercurioantofagasta.cl/impresa/2014/06/06/full/8/