Ya está cerca el día de las elecciones municipales, quien salga elegido en Calama no podrá dedicarse a descansar de su intensa campaña electoral. Tiene una tarea gigante por delante.
Es cierto que la ciudad está sucia, que hay delincuencia, que hay muchos hoyos, que la población flotante y la de perros es grande, que hay contaminación en el aire y en el agua, que siempre estaremos escasos de servicios médicos, o de educación, de necesidades especiales...
Pero no podemos dejar que lo negativo inunde nuestras vidas. ¿Queremos ser unos amargados resentidos de por vida? Parece que mucha gente en tuiter disfruta lamentándose.
Llamadme ingenua, inocente, aislada de la realidad, tontorrona etc... Pero disfruto viendo cada tarde uno de los atardeceres más bonitos que he visto nunca, tengo la suerte de tener trabajo y un sueldo digno, conozco afuerinos agradecidos con lo que les ofrece la ciudad... Todos los días veo patos en el río Loa, eso me confirma que aún es capaz de dar vida y aún se puede luchar por él, no es una causa perdida, todavía.
Abren nuevas mineras, es cierto que nos expolian, pero nos dan trabajo y podemos luchar para obligarlos a que asuman su responsabilidad y nos compensen por el daño que nos hacen. Eso tenemos que hacerlo ahora y conseguirlo ahora. El día que ya no se necesite cobre... que será de nosotros? Aquí mismo a pocos kilómetros tenemos las salitreras como advertencia.
"Hay que hacer esto..." "Porque nadie hace nada por..." "Es que a nadie le preocupa que..." esos son los lamentos que me dan rabia... Levántate tu mismo, mueve el culo y haz algo!! Junta firmas para hacer visible ese problema, haz foto denuncia y envíala al periódico, crea una protectora de animales, etc...
Si crees que el actual movimiento ciudadano es algo político, pues muévete, que para eso tu mismo eres un ciudadano...
Es tan fácil ver los problemas y criticarlos cómodamente sentados en el sofá de casa, pero desde allí se pierde la perspectiva y no se aprecian las cosas buenas, pequeñas, pero que ahí están.
Bastante difícil es vivir en Calama como para que uno quiera inundarse en la negrura. No olvidemos mirar el lado brillante de lo que nos rodea
